domingo, 28 de junio de 2020

Cubiertas y corredores techados de la UCV

Historia 

Redacción: Arquítecto Ricardo Rodriguez Boades

Hace algunos años leí un interesante trabajo escrito por los ingenieros Otaola y Benedetti, quienes habían calculado la estructura de los techos de los corredores de nuestra maravillosa UCV.

La unión entre Arquitectos e Ingenieros quedaban plasmadas en estas cubiertas interesantes, estructuras mixtas, construidas en concreto armado y concreto pre-comprimido por el “Sistema Morandi” y que además eran poco costosas y muy fáciles de ejecutar.

La arquitectura exigía que se techaran el 90 % de los pasillos por donde circularían los estudiantes durante toda su permanencia, sin que la lluvia o el sol hicieran tediosa su circulación.

El primero de ellos era desde la entrada por la puerta norte o plaza Venezuela que debía ser solucionada continuamente, y se resolvió con una losa curva apoyada sobre nervios circulares y parabólicos, dichos nervios están empotrados en una viga presentaba hueca de sección pentagonal que se apoya en los pórticos que están entre sí a 15 metros ejecutados en concreto pretensado, así lo indicaban los ingenieros Otaola y Benedetti.

El uso del concreto pre-comprimido hizo posible la gran esbeltez exigida por el arquitecto a su vez que permitía, dada la gran distancia entre apoyos, recursos sin los cuales hubiera sido impráctica la ejecución de los corredores. La viga hueca está sometida a grandes esfuerzos de torsión, los cuales fueron absorbidos con el uso del concreto pre comprimido, lográndose así la ligereza de la estructura.

En el caso de los pasillos entre facultades era diferente, ya que era rectos en su mayoría, el Arquitecto Carlos Raúl Villanueva, pidió que hubiese una máxima transparencia a ambos lados con una ligereza estructural en las columnas, pero sin ser demasiado costoso, y el Arq. dio la idea de unos techos corrugados de concreto armado y con una distancia grande entre columnas y los ingenieros Otaola y Benedetti presentaron una solución con un techo corrugado con ondas de 50 cms. de altura por 70 entre crestas, con un espesor medio de 6 cms y las crestas en concreto precomprimido con 16 metros de luz. Las ondas permitían un gran momento de inercia contra un mínimum de peso permitiendo salvar la distancia entre columnas con gran economía y ligereza.

El trabajo conjunto entre el arquitecto Carlos Raúl Villanueva y los ingenieros Otaola y Benedetti, permitió disfrutar todos los días de un paseo peatonal maravilloso y protegido a todos los que hemos estudiado en nuestra maravillosa casa de estudios la “UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA”



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